miércoles, 26 de febrero de 2014

Locura para los paganos (1 Cor 1,23)




San Pablo, en su Epístola a los Filipenses 2,5-11:

«Tened entre vosotros los mismos
sentimientos que Cristo:
El cual, siendo de condición divina, 
no retuvo ávidamente el ser igual a Dios.
Sino que se despojó de sí mismo 
tomando condición de siervo 
haciéndose semejante a los hombres 
y apareciendo en su porte como hombre;
y se humilló a sí mismo, 
obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz.
Por lo cual Dios le exaltó 
y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre.
Para que al nombre de Jesús 
toda rodilla se doble en los cielos, 
en la tierra y en los abismos,
y toda lengua confiese 
que Cristo Jesús es SENOR 
para gloria de Dios Padre.»



Séneca, en su tratado De clementia III, 6, 2 s, le dice a Nerón: 

«Tú no puedes alejarte a ti mismo de tu elevado rango; 
él te posee, y donde quiera que vayas, te sigue con gran pompa. 
La servidumbre propia de tu elevadísimo rango
es el no poder llegar a ser menos importante; 
pero precisamente esta necesidad la tienes en común con los dioses. 
Porque también a ellos los tiene el cielo ligados,
y a ellos no les he dado descender, 
como tampoco te es dado a ti, sin correr riesgo. 
Tú estás enclavado en tu rango».


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