«Aún podemos ver al hæleð caminar por su escenario, decorado
con tapices tejidos con antiguos relatos de ruina. Al leer su poema como tal,
en vez de como una colección de episodios, nos damos cuenta de que quien
escribió hæleð under heofenum [héroes bajo los cielos] pudo haber querido decir
en términos de diccionario “héroes bajo el cielo”, o bien “hombres benditos
sobre la tierra”, pero él y sus oyentes estaban pensando en el eormengrund, la
gran tierra cercada por el garsecg, el mar sin orillas, bajo la inalcanzable
bóveda celeste; y sobre esa tierra, como si estuvieran en un pequeño círculo de
luz, unos hombres, con su valentía como único sostén, se lanzaban a la batalla
contra el mundo hostil y la semilla de la oscuridad, que termina para todos
–incluso para reyes y campeones- en derrota. (...)
Beowulf no es, por lo tanto, el héroe de una balada heroica
precisamente. No tiene lealtades enfrentadas ni un amor desventurado. Es un
hombre, y eso para él y para muchos otros es suficiente tragedia. No se trata
de un accidente irritante el que el tono del poema sea tan elevado y su tema
algo tan pegado a la tierra. Es el tema en su seriedad suprema lo que engendra
la dignidad del tono: lif is læne: eal scæceð leoht and lif somod [la vida se
desvanece: todo pasa, la luz y la vida a una]. Tan absoluto e ineluctable es el
pensamiento subyacente que, a aquellos que en el círculo iluminado, en el
interior del castillo sitiado, permanecen absortos en el trabajo o en la charla
sin mirar a las almenas, ni les importa ni les sobrecoge. (...)
Un cristiano era (y es) todavía como sus antepasados, un
mortal cercado en un mundo hostil. (...) La tragedia de la gran derrota
temporal persiste por un momento, punzante, pero finalmente deja de ser
importante. No es derrota, puesto que el fin del mundo es parte del plan de
Metod, el Árbitro que está por encima del mundo mortal. Más allá se atisba una
posibilidad de victoria eterna (o eterna derrota), y la batalla real se plantea
entre el alma y sus adversarios. (...)
Su autor [del Beowulf] aún está ocupado principlamente por
el asunto del hombre sobre la tierra, retomando desde una nueva perspectiva
un tema antiguo: ese hombre, cada hombre y todos los hombres, y todas sus
obras, perecerán. Un tema que ningún cristiano debe despreciar. (...) El
hombre, un extraño en un mundo hostil, envuelto en una lucha que no puede ganar
mientras el mundo exista, recibe la certeza de que sus enemigos lo son también
de Drythen [el Capitán = Dios]; de que su valentía, noble en sí misma, es a la
vez la más elevada lealtad: así lo dijo el único y sabio. (...)
En el Beowulf tenemos, así pues, un poema histórico sobre el
pasado pagano, o bien un intento de crear uno. (...) Es un poema obra de un
hombre letrado que escribe sobre tiempos antiguos; que, mirando hacia el
heroísmo y la pena, siente en ellos algo permanente y simbólico a la vez. (...)
Beowulf no es un cuadro real de la Dinamarca, la Gautlandia
o la Suecia históricas de alrededores del año 500, sino que es... desde una
perspectiva general, un cuadro coherente, una construcción que exhibe
claramente las marcas de un diseño y un pensamiento. Como conjunto, debió de
conseguir crear admirablemente en la mente de los coetáneos del poeta la
ilusión de que levantaba el velo de un pasado pagano pero noble, y cargado de
una profunda significación, un pasado que poseía él mismo una profundidad y que
se perdía en el tiempo, en una oscura antigüedad de dolor. Esta sensación de
profundidad es un efecto y una justificación del empleo de episodios y
alusiones a antiguos relatos, en su mayoría más oscuros, más paganos y
desesperados que el ofrecido en primer plano. (...)
Beowulf no es poema “primitivo”; es un poema tardío, que
emplea los materiales... que se conservaban de una época que estaba pasando, de
un tiempo que ahora se ha desvanecido para siempre, tragado por el olvido.
(...) Es antiguo para nosotros; y no obstante su creador estaba hablando de
cosas ya antiguas y cargadas de añoranza, y empleó todo su arte para conseguir
que ese toque de profunda tristeza que embarga el corazón, punzante y lejana,
se hiciera más intenso.»
No hay comentarios:
Publicar un comentario